• La hiperhidrosis primaria es la más frecuente. Se caracteriza por la existencia de antecedentes en la familia de este problema, por iniciarse antes de los 25 años y por afectar de forma simétrica a ambos lados del cuerpo.

• La hiperhidrosis secundaria, por su parte, está relacionada con ciertas enfermedades o con la toma de algunos fármacos.

 Las situaciones de estrés aumentan la sudoración de forma desproporcionada en los pacientes con hiperhidrosis. Sin embargo, el aumento de la sudoración puede no tener una causa que lo justifique (hiperhidrosis primaria) o, por el contrario, estar relacionado con ciertas enfermedades o con la toma de algunos fármacos (hiperhidrosis secundaria).

Entre las causas de hiperhidrosis secundaria podríamos mencionar ciertas infecciones como la tuberculosis, enfermedades endocrinas como el hipertiroidismo y ciertos tumores como los linfomas o ciertos tumores cerebrales.

En la lista de fármacos que pueden originar una excesiva sudoración se encuentran algunos antidepresivos, ciertos fármacos utilizados para el tratamiento de la hipertensión y de la diabetes, algunos analgésicos con efecto opioide y el sildenafilo.

El tratamiento de la hiperhidrosis tiene varios escalones:

Los casos más leves responden bien a antiperspirantes que tienen en su composición cloruro de Aluminio (actúa bloqueando el conducto de la glándula ecrina de la zona en la que se aplican).

Los anticolinérgicos orales como la oxibutinina suelen ser útiles siempre que se utilicen a dosis bajas para evitar sus efectos secundarios (sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, etc.).

La inyección local de toxina botulínica es un tratamiento muy útil cuando la hiperhidrosis se encuentra limitada a las axilas o a las palmas de las manos. Actúa bloqueando la liberación del neurotransmisor (acetilcolina) que permite que las terminaciones nerviosas activen las glándulas sudoríparas ecrinas. Su principal desventaja es que sus efectos duran solo entre 6 y 8 meses.

Los casos de hiperhidrosis palmar muy rebeldes pueden ser tratados mediante una técnica quirúrgica llamada simpatectomía. Esta técnica consiste en seccionar las raíces nerviosas encargadas de la inervación de las glándulas ecrinas de las palmas de las manos mediante cirugía endoscópica en la región torácica. Uno de los efectos secundarios más frecuentes de este tratamiento es la aparición con el tiempo de una hiperhidrosis compensatoria, que suele afectar a diferentes áreas del tronco y puede llegar a ser más molesta que aquella por la que el paciente fue operado.