La depilación láser se basa, al igual que el resto de tratamientos de lesiones de diversos colores de la piel mediante láser, en la teoría de la fototermolisis selectiva.

Siguiendo este principio, los láseres de depilación emiten una energía en forma de luz que es captada selectivamente por el color negro del pelo produciendo un daño en las estructuras del folículo piloso que conlleva una depilación permanente de la zona.

Para que esto ocurra, el láser debe entregar la energía a la piel en un intervalo de tiempo muy corto, de manera que el calor se disipe rápidamente y el daño se circunscriba al folículo piloso respetando a la piel circundante, y sin producir cicatriz.

Por las razones explicadas en el apartado anterior, la depilación es muy efectiva, y más rápida, en pieles claras con vello oscuro y “fuerte”, dado que pueden utilizarse energías mayores y conseguir una destrucción definitiva de todos los folículos de una determinada zona en un menor número de sesiones.

Además, será más efectiva si se realiza en momentos en que la piel no se encuentre pigmentada (morena), para que el daño se centre en el folículo. Y también, el pelo puede ser rasurado, pero no deben haberse realizado procedimientos previos que eliminen el tallo del pelo (como la depilación con cera), porque se precisa la “mecha” que supone el pelo, enterrado en la piel, para captar la energía del láser.

• El láser Alejandrita 755 nm de pulso largo.

Es el más versátil de todos y el más cómodo. Se ajusta de una manera apropiada al tono de piel y del pelo, siendo muy efectivo.

Aconsejamos no haber tomado el sol antes del tratamiento, ya que cuanto más morena/o estés, menos efectivo es el láser.  Para no quemar la piel, tendremos que bajar la energía y entonces se necesitarán más sesiones para eliminar el pelo.

• El láser Nd:YAG.

Ofrece la oportunidad de tratar el pelo en pieles muy oscuras y en pelo con raíz muy profunda, pero también es cierto que es el más doloroso.

NO aconsejamos tratar las pieles muy morenas, pero existen fototipos muy oscuros que también podemos valorar y hacer pruebas de tolerancia con los diferentes láseres  de los que disponemos y SIEMPRE CON LA SUPERVISIÓN DE UN DERMATÓLOGO.

• IPL (Luz Intensa Pulsada).

Aunque es un tratamiento más utilizado para procedimientos de rejuvenecimiento o eliminación de lesiones pigmentadas, puede también usarse para la depilación.

En concreto, es útil para depilar zonas amplias como la espalda, pero es muy importante evitar las pieles bronceadas, y debe evitarse en personas con piel oscura, porque existe mayor riesgo de quemaduras que con los láseres antes comentados.

Además, es importante hacer pruebas para ver qué parámetros se ajustan más al pelo y piel que se va a tratar para evitar las quemaduras.